Y el primer día parte muy temprano, el sol sale a eso de las 5:30 (lo cual es interesante, porque ya a las 9:00 se siente como si fueran las 11:00, bendito país sin cordillera). Una ducha y desayuno como corresponde, estilo japones (pescado, arroz, sopa miso, toppins para el arroz).
El primer destino sería Akihabara, estábamos a tan sólo unos minutos caminando, para nuestra sorpresa era demasiado temprano (con eso de que el sol sale tan temprano uno se pierde) y las tiendas estaban en su mayoría cerradas, fue una buena oportunidad para recorrer y caminar.
Una de las cosas interesantes fueron las filas que se habían formado a primera hora para entrar a los locales de Pachinko, que son de esas cosas que pillas en todas partes… y son tan sólo la versión high-tech de las maquinitas de los almacenes de barrio.
También apareció otra de las cosas omnipresentes en japón, las máquinas de Gashapon; que son un serio peligro de adicción, yo terminé comprando más de las necesarias, desde gundams hasta pugs, pasando por muchas otras cosas raras.
Después de un rato de caminar llegamos al Parque de Ueno y decidimos pasar a verlo, buena decisión. En el parque encontramos algunos templos (el terreno originalmente pertenecía a templo de Kan’ei-ji.) y algunos museos, que no visitamos pues íbamos a ir al Museo Nacional
Y mi primer cuervo (están en todas partes!!)
Al fondo del parque (por donde veníamos) estaba el Tokyo National Museum y visitamos Honkan y Toyokan (Galería Japones y asiática respectivamente).
Una vista del parque de la parte de atrás del Honkan, al cual se podía acceder por una puerta del museo y sólo se podía ver desde un balcón, no había acceso a él.
Ya camino de vuelta, nos topamos con Shinobazu Pond.
Ya de vuelta a Akihabara, ya oscurenciendo.
Ya acercándonos al hotel, algunos locales en las calles pequeñas atrás del hotel.
Y en el camino de vuelta, nos topamos con esto… japón.
