Saliendo de la estación de Nara, camino al parque.
Camino al parque fue nuestro primer encuentro con los ciervos (que después veríamos tantos que pierden la novedad).
Y la primera parada fue un conjunto de templos, habían varios, pero el mas grande era tan sólo los cimientos; pero lo estaban reconstruyendo.
Ya más cerca del parque estaba este museo (al cual no pasamos)
Y ciervos… ciervos everywhere!!!
Dentro de las vueltas dentro del parque nos topamos con el Tōdai-ji (acá una maqueta con el templo, en la realidad está lo central, las dos torres no están)
El templo es enorme tiene 48 metros de altura, y el buda mide casi 15 metros de altura!!
De ahí fue la odisea de ir al “palacio de nara”, que al final era más bien el terreno del palacio que un palacio propiamente tal. El terreno estuvo abandonado por mucho tiempo, y al no ser punto turístico, no había transporte cercano.
Está en reconstrucción, pero a la fecha que fuimos sólo estaba el hall de audiencias y el arco de la puerta. Lo interesante es que la reconstrucción es utilizando las técnicas tradicionales de construcción, y no era una mole de cemento con “skin” de castillo.
